Si bien existen enfermedades oculares que son inevitables y solo se puede atenuar sus efectos, existe una serie de hábitos que te ayudarán a mejorar tu salud visual y retrasar la posible aparición de algunas de estas afecciones.
En primer lugar, es importante tener una dieta balanceada. La alimentación correcta brindará todos los nutrientes que requiere el organismo, incluso los ojos, para tener una buena salud visual. De la misma manera, los chequeos oftalmológicos periódicos con un especialista son primordiales. Así, se podrá detectar una posible anomalía y aplicar el tratamiento pertinente para su corrección.
Por otra parte, el ejercicio físico sirve para alejarse de las actividades interiores que siempre requieren de esfuerzo visual y que pueden generar fatiga en los ojos, como estar por tiempo prolongado frente a la pantalla del televisor.
Dormir el tiempo suficiente también es primordial, teniendo como rango entre siete y ocho horas diarias. Además de ser beneficioso para el organismo y la prevención de enfermedades, también constituye un descanso apropiado para nuestros ojos.
La mejora de la postura, de la misma manera en que cuida la salud de la espalda, también sirve para mantener la visión correctamente enfocada. Al trabajar frente a una pantalla de computador, los especialistas aconsejan situarse con la vista levemente por sobre el artefacto.
El consumo de agua también es de suma importancia. La hidratación, además de contribuir a recuperar el agua perdida mediante el sudor y la orina para el cuerpo, también sirve para mantener la humedad ideal de los ojos y prevenir su sequedad.
Por último, no te olvides de mirar el cielo. Como ya mencionamos, ojos sufren de sequedad y fatiga por la utilización continua de computadores, tablets, celulares y todo tipo de dispositivo digital. Por ende, se requiere estar a 50 centímetros de distancia de los mismos, mirando hacia arriba, enfocando un objeto lejano frecuentemente y parpadear bastante. Esto servirá como un descanso para los ojos.