En contraste con la piel, las células del cristalino carecen de regeneración: por ende, es el órgano que se deteriora de manera más rápida. Al transcurrir el tiempo, la mayor parte de las personas padecen problemas visuales como las cataratas o laxa0vista cansada, situaciones que ocurren por el veloz desgaste de esta parte del globo ocular.
Las manifestaciones iniciales del deterioro ocular surgen aproximadamente desde los 45 años, cuando se pierde la elasticidad del cristalino. La consecuencia más habitual es la dificultad para ver de cerca, patología que se denomina presbicia y que afecta a cerca del 95% de la población mayor de 50 años.
Este problema puede solucionarse a través de la colocación de un lente intraocular multifocal, que consiste en el reemplazo del cristalino por este elemento que realizará las mismas funciones. Asimismo, la patología puede corregirse a través de la cirugía Lasik.
Otro inconveniente visual que se desarrolla frecuentemente es la sequedad ocular o síndrome del ojo seco, generado por la reducción de las lágrimas y que aparece fundamentalmente en mujeres.
Por estos motivos, es de suma importancia estar alerta ante las posibles dificultades visuales que puedan presentarse con los años, como pueden ser los problemas para observar elementos cercanos, la adaptación de la vista a una luz potente o la incapacidad de diferenciar algunos colores.
Aceleración del deterioro visual
La edad no es el factor exclusivo que apresura el proceso de envejecimiento de los ojos. Otra incidencia relevante en este aspecto es la sobreexposición a los rayos ultravioleta del sol, ya que el daño es acumulativo y puede producir cataratas.
Otra zona del ojo que puede sufrir los efectos del sol es la retina. Por este motivo, los oftalmólogos aconsejan cuidar los ojos con lentes de sol homologados, para evitar el avance de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE).
Este es uno de los motivos porque las visitas oftalmológicas deben ser regulares, sin importar que aún no aparezcan síntomas de alguna posible enfermedad. Especialmente, desde los 40 años, los controles permiten diagnosticar a tiempo esta clase de patologías y, por ende, aplicar un tratamiento apropiado y pertinente para cuidar tu salud visual.