El retinoblastoma consiste en el cáncer ocular más habitual en los niños, desde el momento de nacer hasta los 3 años de edad. No obstante, el desconocimiento de esta patología deriva en un diagnóstico tardío y en efectos negativos en la vista y salud del menor. xa0
Si existe cualquier tipo de cáncer en la familia, es necesaria una revisión oftalmológica del niño en su nacimiento. Asimismo, es necesario estar atento a los siguientes síntomas.
Síntomas
El retinoblastoma puede aparecer de diversas maneras. En la mayor parte de los pacientes, surge un reflejo blanco en la pupila. Lo normal es que el niño tenga una pupila negra o un reflejo rojo, parecido al que se da en las fotografías. Sin embargo, otros trastornos también pueden ocasionar esta manifestación.
La desviación de un ojo, denominada estrabismo, es la segunda forma más común en que aparece este tipo de cáncer. El ojo del infante podría desviarse hacia afuera o hacia adentro.
Otros malestares que pueden indicar la presencia de retinoblastoma son la reducción de la vista, inflamación del tejido que circunda al ojo, pupila más grande de lo común, variaciones en el color del iris, enrojecimiento, dolor, entre otros.
Ciertos pacientes sufren de malformaciones congénitas, como un tamaño anormal en las manos o pies, orejas o retraso mental.
Otros datos del retinoblastoma
El 90% de los niños que padecen de retinoblastoma son los primeros integrantes con cáncer a la vista en la familia. Generalmente, cuando la patología se transmite de padres a hijos, es bilateral.
Si bien aún no se detectan las causas exactas del desarrollo de esta enfermedad cancerígena, se conoce que todos sus casos se producen por una irregularidad en el cromosoma 13, donde una de sus partes no funciona bien o no está presente.
Un segmento de este cromosoma es el encargado del control divisorio de las células de la retina. En los niños que padecen retinoblastoma, la división de las células de la retina se produce sin ningún control, generando en este órgano un tumor o más.
En el 40% de los casos, la anomalía surge en todas las células del organismo, incluyendo al ojo.