El herpes ocular es una infección que afecta a la piel de los párpados, la conjuntiva, la córnea, e incluso la retina por el virus herpes simplex tipo 1. Esta patología genera diversas manifestaciones, por lo que es importante saber cómo prevenir su contagio.
Al experimentar un molesto dolor punzante, dolor, secreciones e inflamación en alguno de los ojos, se puede creer de manera errónea que se padece de conjuntivitis. No obstante, podría tratarse del herpes ocular, que habitualmente se confunde con esta otra afección.
Por lo general, solamente afecta a un ojo, aunque algunos pacientes pueden presentar el virus en ambos. Al desarrollarse en la piel, se manifiesta como vejigas llenas de pus. Si se produce en la conjuntiva, aparece con inflamación, dolor, un tono rojizo en el ojo y secreciones. Por último, si se da en la córnea, comienza con un fuerte dolor que desaparece de forma rápida, ya que el virus causa una anestesia en la córnea. Sin embargo, esto complica más el cuadro.
Prevención del herpes ocular
Al ser portador del herpes, ya sea oral o genital, se debe evitar el contacto piel a piel cuando las lesiones son visibles. Si posees una herida evidente en la boca, evita besar a alguien, sobre todo a los niños porque cuentan con un sistema inmunológico más débil. Al adoptar las medidas de precaución necesarias, el riesgo de contagiarse del virus es remoto.
La transmisión del virus se está incrementando velozmente. Todos los años, se estima que otro millón de personas, solamente en Estados Unidos, se transforman en portadores del herpes. Esto ocurre fundamentalmente porque los síntomas de la patología no se tratan. Existen diversas maneras de controlar los brotes, pero el tratamiento siempre debe ser guiado por un especialista.
El contagio de esta afección puede generarse al tocar la zona afectada y luego tener contacto con otra zona que no lo está. Es decir, puede producirse una “autoinfección” en otra parte de tu cuerpo. Debes asegurare de lavar bien tus manos después de entrar en contacto con las heridas. Al no desinfectar tus manos, puedes infectar a cualquier otra persona a tu alrededor, sobre todo a los niños.
Al tener hijos, debes ser tremendamente cuidadoso. De esta forma, evita tocarte los ojos o la cara porque, además de contagiarte de herpes oral, podrías contraer el herpes ocular.