Las personas que habitan permanentemente ambientes cerrados, con bajas temperaturas o que conducen frecuentemente, pueden experimentar sequedad, picazón y enrojecimiento en los globos oculares.
No solamente quienes pasan ocho horas aproximadas en una oficina con aire acondicionado, son propensas a padecer sequedad ocular. También pueden sufrirla las personas expuestas por tiempo prolongado a bajas temperaturas en sus casas. Si los ductos de salida están cerca, las probabilidades de este problema se incrementan.
Asimismo, quienes trabajan como choferes o pasan varias horas frente al volante, también deben cuidarse del aire frío al realizar esta actividad, procurando que la brisa no choque directamente con los ojos.
Exponerse de forma habitual a las bajas temperaturas naturales y a las producidas por equipos deriva en el riesgo de sufrir el síndrome del ojo seco, el que consiste en la reducción en la función de las glándulas lacrimales o una mala calidad de las lágrimas.
Esta afección visual presenta diversas manifestaciones, como inflamación, ardor, picazón, sensación de un cuerpo extraño en el interior del globo ocular y enrojecimiento. La permanencia de estos síntomas genera problemas durante el sueño, así como dificultades para las actividades laborales y lectura.
La patología surge fundamentalmente en personas sanas. No obstante, en ciertos casos se torna más común en indivuos de avanzada edad. Esto se debe a los cambios hormonales, lo que implica una menor producción de lágrimas.
Las lágrimas son fundamentales para eliminar cuerpos extraños y partículas, por lo que su presencia brinda las condiciones óptimas para gozar de una buena visión.
Recomendaciones
Los expertos aconsejan a quienes trabajan en espacios cerrados o conduciendo, que eviten que el aire acondicionado les impacte directamente en la cara, de manera que los ojos no se resequen.
Asimismo, es necesaria una mantención permanente de estos equipos, ya que acumulan polvo en sus rejillas y ductos. Estas partículas, al entrar en contacto con las personas, pueden producir no solamente alergias e infecciones visuales, sino que también respiratorias e incluso en la piel.