Las células en la córnea mueren debido a una lesión en la misma. La córnea es el tejido transparente que recubre la zona frontal del ojo. Esta funciona junto al cristalino del globo ocular para enfocar las imágenes sobre la retina.

Los daños en la superficie externa de la córnea, denominadas abrasiones corneales, pueden ser generadas por:

– Utilización excesiva de lentes de contacto o lentes que no encajan apropiadamente.

– Irritación química debido a ciertos líquidos que puedan entrar en el ojo.

– Raspaduras en la superficie de la córnea.

– Exposición prolongada a luz solar, lámparas de sol, reflejos del agua o la nieve y soldadura de arco.

Infecciones.

– Sensibilidad o reacciones a productos cosméticos y a soluciones de los lentes de contacto.

Sequedad visual.

– Trabajar en ambientes con abundante polvo.

– Partículas que se mueven a alta velocidad, como las astillas desprendidas por el martilleo de un elemento de metal sobree otro, se pueden incrustar en la superficie de la córnea. En casos extremos, estos cuerpos minúsculos pueden atravesar la córnea y llegar a zonas más profundas del ojo.

Síntomas de daños corneales

Al producirse daños en la córnea, suelen aparecer los siguientes síntomas:

– Gran sensibilidad a la luz.

– Vista borrosa.

– Dolor, ardor y picazón ocular.

– Sensación de cuerpo extraño dentro del globo ocular.

– Inflamación de párpados.

– Incremento del lagrimeo.

– Enrojecimiento del ojo, dando la impresión de tenerlos “inyectados de sangre”.

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