El frío aumenta la cantidad de partículas suspendidas en el aire durante el invierno. La contaminación de las ciudades y bacterias naturales ingresan en los ojos con más facilidad, generando conjuntivitis, aumento de lagaña, lagrimeo constante y ojos rojos, entre otros síntomas. Así lo asegura el Instituto Oftalmológico Mexicano de Seguro Social.
Ya que el ambiente es más seco en invierno, las infecciones visuales tienden a incrementarse. Este riesgo es más alto si las personas se lavan las manos con poca frecuencia. Esta situación es más complicada en pacientes que tienen patologías oftalmológicas preexistentes, como el síndrome del ojo seco o quienes son proclives a sufrir conjuntivitis alérgicas.
Las consecuencias de esta situación son recaídas en personas con síndrome de ojo seco o conjuntivitis alérgica, así como el aumento en casos de conjuntivitis infecciosa. Los niños y adultos mayores son los grupos más afectados. La conjuntivitis es una patología que tiene una variante infecciosa y otra alérgica, caracterizándose por la inflamación de la membrana que cubre el interior de los párpados.
El síndrome del ojo seco consiste en la deficiente o carente producción de lágrimas. Ambas afecciones implican dolor, ardor y picazón, además de un desgaste temporal de la vista por la inflamación y secreciones oculares.
Precauciones
Aunque no son enfermedades severas, son comunes y simples de prevenir. Por ende, no se deben descuidar los hábitos higiénicos en época invernal, como lavarse las manos frecuentemente y usar pañuelos desechables.
Por otra parte, ante un estornudo, es importante cubrirse la boca con la zona interna del codo. Preservar una ventilación apropiada en el hogar y no llevarse las manos a los ojos también son medidas para tomar en cuenta.
En cuanto a las personas alérgicas, los expertos señalan que se debe cambiar la ropa de cama a lo menos dos veces a la semana, así como quitar de la casa las plantas alergénicas de la época. Las mascotas deben ser cepilladas continuamente.
Por último, ante la sensación de arena, picazón, ardor, ojos rojos y secreción, hay que evitar los remedios caseros o la automedicación, asistiendo donde un oftalmólogo para determinar un tratamiento adecuado para cada caso.