El oftalmólogo José Isidro Belda del Hospital de Torrevieja, en España, desarrolló e implementó un dispositivo para los lentes de contacto que permite controlar la presión intraocular de los pacientes. La técnica se inventó con el fin de mejorar la calidad de vida de quien padezca esta enfermedad, evitando el uso de fármacos.
Los lentes de contacto usados en el ensayo clínico monitorean las variaciones en el diámetro de la córnea las 24 horas, siendo utilizados para el análisis de la eficacia de los tratamientos para el glaucoma. Una antena envía los datos desde el ojo al dispositivo que almacena los datos.
El glaucoma es una patología que afecta al nervio óptico, generándose por el incremento de la presión intraocular, entre otros motivos. Aquí radica la importancia de vigilar posible desarrollo en pacientes propensos a sufrir esta enfermedad.
Estos implementos de silicona cuentan con un microchip incluido, el cual tiene la capacidad de detectar pequeños cambios en el diámetro de la córnea que surgen cuando se incrementa la presión del ojo. Los pacientes deben llevar los lentes de contacto y colocar fácilmente en casa un minúsculo dispositivo de almacenamiento de datos, donde quedan registradas las fluctuaciones de la presión intraocular durante las 24 horas del día.
Monitoreo en cualquier sitio
José Isidro Belda explica que este es un sistema pionero en cuanto a medición, el que brinda la oportunidad los especialistas de controlar la presión de un paciente incluso cuando está en su casa, en su trabajo o realizando deporte, lo que simplifica valorar la efectividad de ciertos fármacos y cuándo es mejor administrarlos- ya sea en la mañana, tarde o noche – y su dosis.
Esta innovadora tecnología, denominada “ Sensimed Triggerfish”, también permite la adaptación del lente al tamaño particular de la córnea del paciente, el que podrá llevar a cabo sus actividades rutinarias sin inconvenientes durante el lapso del monitoreo.
Por otra parte, además de hacer esta prescripción personalizada, se podrá conocer con certeza si el paciente cumple con el tratamiento recetado. Se estima que más de un millón de individuos mayores de 40 años padece esta patología visual, y alrededor del 5’% no sabe que la sufre, ya que no provoca síntomas en etapas bastante avanzadas.
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