La agudeza visual de un niño no implica una buena visión necesariamente, de acuerdo al Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de Andalucía. Factores como la binocularidad o la motilidad ocular influyen en la salud visual, lo que repercute en el rendimiento académico.
El ardor de ojos, el dolor visual, las cefaleas y actitudes como acercarse mucho a los libros o la pantalla del computador para leer son manifestaciones que señalan que el alumno podría tener problemas visuales que deben ser revisados y tratados.
Al respecto, Alberto Talero, delegado de la entidad colegial española, recomienda que los padres lleven a sus hijos a una revisión oftalmológica completa. Una terapia ocular podría, además de evitar mayores daños a la vista del estudiante, puede mejorar considerablemente el rendimiento escolar del menor.
Por otra parte, los expertos consideran fundamental el actuar de los educadores con respecto a dar cuenta de señales de los síntomas mencionados, ya que la educación primaria es una etapa de desarrollo de la vista que puede influir en este sentido del niño en el futuro. Ante cualquier anormalidad detectada en la clase, los académicos deben avisar a la brevedad a los padres para poder corregir alguna posible patología ocular a tiempo.
Restricción de pantallas electrónicas
Además del rol de los profesores, es de suma importancia las medidas tomadas en casa. De esta manera, Talero recomienda a los padres restringir el tiempo de uso de consolas, computadores, smarphones o tablets, ya que la utilización excesiva de estos dispositivos puede empeorar los problemas visuales de los alumnos.
Así como un bajo rendimiento escolar, otras de las señales de posibles trastornos de la visión más habituales en los niños son una incorrecta coordinación ojo-mano,fatiga ocular y vista borrosa de cerca (ya sea de forma eventual o permanente), lectura guiada por el dedo, déficit atencional, mala concentración, deficiente compresión de lectura y salirse de los espacios al colorear, entre varios.
Por otra parte, los expertos aconsejan usar una lámpara de escritorio para que los niños realicen sus tareas y relajar la vista cada 20 segundos por cada 20 minutos de trabajo, observando hacia un punto lejano. Asimismo, los menores deben someterse a un examen oftalmológico completo antes de los 3 años de edad.