Existe una gran cantidad de mitos sobre los ojos, así como las lesiones y las enfermedades que los aquejan, en el siguiente artículo te develamos los mitos más comunes acerca de tu vista y sus cuidados:
No hay ninguna prueba de que el hecho de ver la televisión acercándose mucho a la pantalla sea perjudicial para los ojos. La Academia Americana de Oftalmología (AAO) afirma que, en realidad, los niños pueden enfocar de cerca sin desarrollar cansancio ocular mejor que los adultos, de ahí que a menudo adquieran el hábito de colocarse cerca del televisor o de sostener lo que están leyendo cerca de los ojos. De todos modos, el hecho de que una persona se ponga muy cerca del televisor puede indicar que es miope.
Contrariamente a lo que afirma este viejo dicho, una persona no se quedara permanentemente estrábica por el hecho de ponerse bizca. Si su hijo se pone bizco o se le desvía un ojo constantemente, pida hora de consulta con un oftalmólogo.
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Si los padres tiene problemas en la vista, sus hijos heredarán ese rasgo.
Lamentablemente, esto a veces es cierto. Si usted necesita gafas para ver bien o ha desarrollado alguna afección ocular (como las cataratas), es posible que su hijo herede el mismo rasgo. Informe al pediatra de su hijo sobre los antecedentes familiares del niño en lo que se refiere al tema de la vista.
Dos padres de ojos azules pueden tener un hijo de ojos marrones, aunque se trata de algo muy poco frecuente. Del mismo modo, dos padres de ojos marrones pueden tener un hijo de ojos azules, aunque también es algo muy poco habitual.
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El daltonismo solo afecta a los niños, nunca a las niñas.
Se ha estimado que, como máximo, el 8% de los niños presenta algún grado de daltonismo, mientras que menos del 1% de las niñas padece esta afección.
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Los bebés nacen con ojos de tamaño adulto.
El ojo de un recién nacido no tiene el tamaño propio de un ojo adulto sino que sigue creciendo y desarrollándose junto con el niño. Este crecimiento explica los cambios refractivos cambiose (cambio de gafas) que tiene lugar durante la infancia.
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El hecho de llevar demasiado las gafas hace a los ojos «dependientes» de ellas.
Los errores refractivos (miopía, hipermetropía y astigmatismo) van cambiando a medida que los niños se hacen mayores. Hay muchas variables implicadas en este proceso, pero gran parte del cambio probablemente obedece a factores genéticos y prosigue a pesar de que se lleven gafas antes o después, o durante más o menos tiempo. Llevar gafas correctamente graduadas no es perjudicial para los ojos.