El pterigión consiste en un crecimiento anormal del tejido de la conjuntiva (tejido fino y transparente que recubre la zona externa del ojo). Va desde el área blanca del ojo hacia el tejido de la córnea.

Este tejido anormal se inflama por la carencia de lubricación (falta de lágrimas), por la exposición solar, viento u otros factores irritantes. Los síntomas son sensación de tener un cuerpo extraño en el ojo y enrojecimiento. El volumen que genera impide el accionar apropiado de la lágrima, lo que incrementa el pterigión.

No hay un tratamiento médico que elimine todo este tejido. No obstante, la utilización de lubricantes oculares y ciertas gotas con corticoides contribuyen a reducir la sensación de cuerpo extraño y a evitar que la anomalía incremente su tamaño.

Pterigión

Cuando el pterigión causa molestias o crece hasta llegar al área de la pupila, interfiriendo en la visión, se requiere una cirugía. Para esta se usa anestesia local, donde el ojo es abierto con un separador. Luego, se pone bajo un microscopio y se le solicita al paciente que dirija la visión a un punto establecido. En la operación, se le protege con un campo estéril.

El objetivo es que una pequeña porción de la conjuntiva se coloque en el sitio en donde se haga la escisión del pterigión. Se utilizan suturas absorbibles o, en su defecto, se sacan las mismas después de dos semanas. Después del procedimiento se pone un parche, que a los pocos días se retira. El globo ocular queda rojo y demora pocas semanas en normalizarse.

Por último, debe consumirse fármacos prescritos y usar lentes oscuros por un tiempo.

 

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