El cristalino es una de las estructuras del ojo que primero muestra deterioro ya que, en contraste con la piel, sus células no se regeneran. Las primeras manifestaciones del desgaste del cristalino surgen desde los 40 o 45 años, y estas son la pérdida de la elasticidad y consiguiente problema de visión cercana – presbicia o vista cansada-.
Otro inconveniente asociado a la edad es la sequedad visual o síndrome del ojo seco, generado por la reducción de lágrimas. Este tiene una mayor influencia en mujeres, ya que están expuestas a una mayor cantidad de cambios hormonales.
Factores externos que inciden en el envejecimiento visual
Por su parte, hay factores externos que agilizan el proceso de envejecimiento del ojo. Uno de estos es la sobreexposición solar. Las células el cristalino, dañadas por los rayos UV, no se regeneran como ocurre con la piel. Por este motivo el daño se va acumulando y puede ser motivo de un surgimiento temprano de cataratas.
La retina también puede afectarse por la acción directa del sol, ya que fomenta al desarrollo de la degeneración macular asociada a la edad. En este sentido, los especialistas de la salud visual recomiendan el uso de lentes de sol homologados. Esta medida contribuye a evitar que el sol acelere el envejecimiento ocular.
“El problema más común asociado al envejecimiento del ojo es la presbicia o vista cansada, que afecta al 95% de la población mayor de 50 años y cuyas molestias se agravan en personas con otros problemas visuales como la miopía”, indica el doctor Manuel de la Iglesia, oftalmólogo de Clínica Baviera de Barcelona.
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Fuente: lavanguardia.com