Dormir con maquillaje podría generar diversas consecuencias negativas. Esta costumbre no solamente produce la generación de arrugas y problemas en la piel, sino que también constituye un riesgo en la salud de los ojos.
Acostarse con sombras, máscara de pestañas, delineadores y este tipo de productos podría incidir de forma negativa en la salud visual. Esto porque pueden aparecer infecciones, irritación ocular u otras afecciones derivadas del contacto de la superficie del ojo con sustancias contaminadas por bacterias.
Asimismo, el hábito obstruye los poros y, en el caso de los globos oculares, puede bloquear las glándulas de meibomio, que tiene como función la formación de una película lagrimal estable. Estas se encuentran en los párpados, pudiendo generar orzuelos, unos pequeños abscesos en la superficie del mismo. También pueden surgir infecciones importantes y conjuntivitis.
Si bien quitarse el maquillaje de los ojos puede ser algo engorroso, es una tarea primordial para asegurar la salud de los ojos. Dormir con los cosméticos, además de producir estos problemas, también puede causar molestias menores como picazón, ardor, enrojecimiento, sequedad y secreciones al despertar.
La higiene es la menor forma para prevenir esta clase de situaciones y cuidar tus ojos. Por ende, diversos especialistas como, como dermatólogos y oftalmólogos, aconsejan a quienes utilizan cosméticos a incorporar este hábito de limpieza al despertar y antes de ir a dormir.
Además de la remoción del maquillaje de los ojos, también se requiere una alternativa de limpieza más profunda, que suprima los restos de las sustancias desmaquillantes y otras partículas e impurezas que los párpados almacenan durante el día.
Lo aconsejable es limpiar la zona de los ojos dos veces al día, sacando las impurezas de los párpados y las pestañas. Para este fin, se pueden usar ciertos productos especiales para esta labor, como toallitas limpiadoras que son capaces de eliminar bacterias y gérmenes.
Asimismo, es importante visitar regularmente al oftalmólogo para un control general, donde puede descartarse cualquier patología visual y prevenir complicaciones futuras.