Existen defectos visuales que pueden advertir de una afección de la visión menos severa, pero que debería ser tratada. Al notar algunos de los siguientes síntomas, es de suma importancia visitar a un oftalmólogo a la brevedad.
– Alejar la vista para poder leer. Esta manifestación señala que se sufre de vista cansada, la que puede corregirse con anteojos. No obstante, también es posible corregirla definitivamente con cirugía láser.
– Tener dificultades para ver de noche. Podría ser un trastorno esférico visual, una alteración bastante frecuente.
– Sufrir de vista borrosa a cualquier distancia, así como de dolores de cabeza de manera habitual. Estos son síntomas de astigmatismo. Al ver mal solamente de cerca, podría tratarse de hipermetropía.
– Incapacidad de distinguir rostros de lejos, lo que puede señalar la presencia de miopía. Es importante su tratamiento oftalmológico, con el fin de que el problema avance y afecte a la retina.
La importancia del control oftalmológico
Contrario a la creencia de muchas personas, no se requiere asistir al oftalmólogo solo cuando se advierte algún problema o condición anómala de la visión. Los menores entre 3 y 5 años pueden llevar a cabo su primera visita oftalmológica para una revisión general, donde se podrá comprobar el estado de la vista y detectar posibles trastornos para ser corregidos a tiempo.
Asimismo, las personas mayores de 45 años deberían ir de manera periódica a un especialista a modo de descartar cualquier clase de inconveniente. Una revisión anual es totalmente recomendable. Por otra parte, si utilizas anteojos, se aconseja asistir a la consulta de manera bianual.