Nuestros ojos están expuestos de manera constante al polvo, a virus, bacterias y ciertos objetos que pueden dañarlos. Los párpados y las pestañas sirven como barreras impidiendo la entrada de objetos extraños, pero además, los ojos producen de manera constante una película protectora de lágrimas que sirve para limpiar y lubricar la superficie del ojo. Normalmente esas lágrimas son drenadas hacia la nariz a través del conducto lagrimal.
En ocasiones este conducto se bloquea por lo que las lágrimas se acumulan y corren por las mejillas, aun cuando la persona no esté llorando.
En algunos bebés el conducto nasolagrimal no se encuentra totalmente desarrollado al nacer, (esto se conoce como dacriostenosis) pero la obstrucción generalmente desaparece hacia los 6 meses, sin necesidad de tratamiento. En los adultos la obstrucción puede deberse a una infección, una lesión o un tumor.
Síntomas
La principal señal es la acumulación de líquido en el ojo e incremento de lagrimeo sobre las mejillas. En ocasiones al evaporarse la capa líquida de las lágrimas, se acumula una sustancia mucosa alrededor de las pestañas que al secarse forma una costra.
En algunos casos puede desarrollarse una infección en el lagrimal, que se manifiesta como un enrojecimiento en el ángulo interno del ojo e inflamación a un costado de la nariz.
Si tu guagua presenta estos síntomas en las primeras semanas de vida, consulta a tu médico.
Fuente: Salud