Este procedimiento incluye el uso de células madre, de la forma siguiente: a dos pacientes se les brindó un tratamiento de cuatro meses, durante el cual las células fueron inyectadas directamente en sus ojos.
Sue Freeman tiene 78 años y desde hace 12 era parte de los casi dos millones de adultos mayores que en Estados Unidos sufren de degeneración macular relacionada con la edad (DMAE). Un mal degenerativo y progresivo, causado por el daño en los vasos sanguíneos que irrigan la retina del ojo y una de las primeras causas de ceguera en los adultos mayores. «Durante una fiesta me di cuenta que no podía ver a la gente que yo conocía. Después empeoró. No pude ver más el computador, tampoco podía ver los números en el teléfono, no podía leer libros ni ver televisión, todo era borroso», explicó la mujer a la revista Time.
Con 27 años menos que Sue, Rosemery -nombre ficticio- padecía una degeneración macular desde los 20 años (Mal de Stargardt) que, paulatinamente, le fue robando la capacidad de ver. Con 51 años, su visión tiene un punto ciego en el centro, que ha ido creciendo con el tiempo y que sólo le permitía ver sombras de objetos si giraba su cabeza.
El 12 de julio del año pasado, ambas mujeres fueron parte de una investigación que hoy marca un hito en el mundo científico: participaron del primer estudio autorizado para usar células madre embrionarias para tratar la ceguera en humanos, realizado por la Universidad de California, en Los Angeles (Ucla) y la empresa americana Advanced Cell Tecnology (ACT). Este es el segundo estudio con células madre embrionarias autorizado por la FDA (antes lo había hecho para una terapia en lesiones de médula, que se suspendió por falta de recursos), pero el primero en concluir en su fase uno en humanos.
Inyección en el ojo
Cada paciente recibió en uno de sus ojos una inyección que contenía 50 mil células específicas de retina (epitelio pigmentado), obtenidas a partir de células madre embrionarias donadas y, posteriormente, trabajadas en el laboratorio para su especialización.
El estudio dirigido por Steven Schwartz, del Departamento de Oftalmología de la Escuela de Medicina de la Ucla y publicado en la revistaxa0The Lancet, muestra que transcurridos cuatro meses desde la inyección, ninguna paciente ha presentado crecimiento anormal de células ni rechazo ni otro efecto colateral. No es todo, la enfermedad cesó su progresión y ambas han recuperado parte de su visión.
Según Robert Lanza, director científico de ACT y coautor del estudio, «este es el primer informe de células derivadas de células madre trasplantadas en pacientes humanos, y los datos de seguridad y del injerto, hasta la fecha, se ven muy alentadores».
Lanza dice la mejoría experimentada por las pacientes no es menor, considerando que el estudio fue hecho en personas que tenían un daño importante y avanzado a la retina. Por lo mismo, esperan ahora aplicar esta terapia en pacientes que recién inician la enfermedad, donde debieran tener aún mejores resultados.
Aunque ninguna de las pacientes ha recuperado su visión en su totalidad, Sue Freeman hoy declara que es capaz de ver los números en su reloj pulsera. Mientras que Rosemarie dice que el punto ciego en medio de su ojo es más pequeño y su visión general mejoró.
Esta investigación fue diseñada sólo para medir la seguridad del tratamiento y sus posibles efectos secundarios. En los próximos meses iniciarán las pruebas para medir la eficacia de la terapia en un grupo importante de pacientesde EE.UU. y Reino Unido, país donde ya obtuvieron autorización.
Fuente: La Tercera