Si bien es temprano para que los expertos establezcan las consecuencias a largo plazo de la utilización de pantallas de dispositivos móviles, tablets y computadores en la degeneración de la retina, lo que ya se sabe es que usarlas frecuentemente – sobre todo en personas con estrabismo encubierto o con problemas de refracción no tratados – genera síntomas de cansancio visual y descompensación del estrabismo.
Al mirar una pantalla por tiempo prolongado, se reduce la frecuencia del parpadeo. Al hacer esto, la película lagrimal se evapora, surgiendo las manifestaciones del “síndrome del ojo seco”, casos que han aumentado considerablemente entre los usuarios de estos artefactos tecnológicos.
En este sentido, si se pasan muchas horas frente a una pantalla – como muchas jornadas laborales lo exigen- no solamente se produce una reducción en la cantidad de lágrimas, sino que también su calidad es afectada.
Para prevenir esta situación, los expertos aconsejan hacer pausas periódicas, ya que las pantallas cuentan con una gran capacidad de atracción. Los descansos por intervalos, además de usar lágrimas artificiales y tener una apropiada corrección óptica determinadas por un oftalmólogo, son fundamentales para evitar este tipo de trastornos.
Estudios sobre el tema
Diversos estudios avalan los efectos de las pantallas digitales sobre la visión. Una investigación desarrollada en la Universidad de California, en Estados Unidos, concluyó que los usuarios que observan por mucho tiempo los smartphones sufren de incomodidad ocular.
De esta manera, comprobaron que este problema se producía porque ajustar la vista para leer los textos de la pantalla resultaba bastante agotador para los globos oculares.