Entre más tiempo pasa un niño o adolescente expuesto al aire libre, más se reduce su riesgo de desarrollar miopía, un trastorno de la visión, que provoca dificultad para ver objetos a larga distancia y que es cada vez más común en el mundo.
Aunque se desconoce la causa de la enfermedad se piensa que uno de los factores que la causan es pasar demasiado tiempo enfocando la visión en objetos cercanos, como cuando leemos, por ejemplo. La miopía ocurre cuando la luz que entra al ojo no logra enfocarse correctamente y esto provoca que los objetos distantes aparezcan borrosos.
Resultados sorprendentes
En un análisis, llevado a cabo en la Universidad de Cambridge, Inglaterra, se revisaron ocho estudios publicados recientemente sobre el vínculo entre el tiempo que pasa un niño expuesto al aire libre y su riesgo de miopía.
El estudio incluyó a 10.400 niños y adolescentes, y encontró que por cada hora a la semana que un niño pasa en el exterior se reduce en 2% su riesgo de miopía.
Los resultados mostraron que los niños miopes pasaban en promedio 3,7 menos horas a la semana expuestos al aire libre que aquéllos con una visión normal o quienes sufrían hipermetropía (la dificultad para enfocar la visión a corta distancia).
Factores clave
Los investigadores creen que dos factores clave de esta protección contra el riesgo de miopía son una mayor exposición a la luz natural y pasar más tiempo enfocando la visión en objetos lejanos.
Medio ambiente
Un estudio que comparó la visión de niños chinos, que vivían en distintos países, encontró que los niños chinos que vivían en Australia tenían una mejor vista que sus pares en China o Singapur. Este grupo de Australia leía tanto y tenía los mismos logros académicos que los que vivían en otros países.
La única diferencia, dicen los investigadores, es que pasaban más tiempo en el exterior. Y más que estar realizando una actividad física específica, este efecto protector parece surgir simplemente de estar más tiempo expuesto al aire libre.