Está a punto de concluir el invierno, sin embargo, es importante tener en cuenta las medidas de prevención para no sufrir daños oculares en la recta final de la temporada invernal.

El frío y los ojos

Los ojos son uno de los órganos que tiene mayor contacto con elementos propios del clima tales como el frío, el viento o la contaminación ambiental.

El frío del invierno provoca una notoria sequedad en los ojos, cuyos síntomas principales son el ardor ocular, la sensación de arenilla y la picazón.

Durante el tiempo de frío aumentan los riesgos oculares en ambientes de interior y exterior, pues el uso de la calefacción y los contaminantes de la combustión, provocan resequedad; a esto se le suma el abuso del computador que se produce una baja frecuencia del parpadeo.

El sol de invierno puede traernos graves complicaciones, ya que una prolongada exposición a los rayos UV puede producir irritaciones y hasta quemaduras en la córnea, problemas típicos de las personas que practican montañismo y esquí.

Para prevenir, los especialistas recomiendan las siguientes medidas:

  • Ventilar oficinas y casas para evitar ambientes resecos y contaminados.
  • Lubricar la vista con lágrimas artificiales.
  • Hacer pausas frecuentes por un par de minutos cuando se trabaja frente al computador.
  • Usar lentes de sol o transparentes con filtro UV.
  • Usar antiparras, si se practica montañismo o ski.

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