Es posible que durante el embarazo se presenten algunas alteraciones en el sistema ocular, los cuales pueden ser resultados de la retención de líquidos, aumento de volumen sanguíneo, fluctuaciones hormonales, entre otras. Si bien estos suelen ser habituales o transitorios desapareciendo luego del parto o la lactancia, conviene no confiarse de ellos, por lo que los controles visuales periódicos se convierten en fundamentales.xa0

La mujeres embarazadas presentan una gran cantidad de cambios hormonales, los que pueden influir en la salud visual. Por ejemplo para las mujeres que son diabéticas o con problemas de refracción (miopía, hipermetropía y astigmatismo) las medidas de prevención deben ser mucho más estrictas, ya que la posibilidad de que sufran una retinopatía aumenta. Otro caso son aquellas que presentan miopía elevada, las que pueden sufrir incluso un desprendimiento de retina.

Esta misma fluctuación hormonal pueden ser causa de una alteración ocular llamada síndrome del ojo seco, la cual puede ser combatida con gotas lubricantes. Se torna necesario preguntarle al oftalmólogo cuál es la que se puede usar o qué otros tratamientos se pueden utilizar sin peligro durante el embarazo. Es también recomendable consumir alimentos con un alto contenido de ácidos grasos Omega 3, como lo son el salmón, linaza o nueces. Éstos ayudan a combatir esta afección y es benéfico para la salud en general.

Consultar al ginecólogo y oftalmólogo

Para prevenir mayores complicaciones, es necesario que la embarazada desarrolle hábitos de vida saludables, y estar siempre precavida ante cualquier alteración que detecte en su visión. Es por tanto necesario que acuda tanto al ginecólogo y al oftalmólogo cuando se presenten los siguiente síntomas:

  • Disminución de la visión
  • Fatiga visual de forma rápida
  • Disminución de las secreción lagrimal y sensación de sequedad
  • Visión borrosa y doble
  • Disminución de la visión lateral
  • Dolores frecuentes de cabeza
  • Visión de manchas en el campo visual
  • Molestias a la luz

Algunas recomendaciones importantes son que si se presenta disminución de la visión lejana, se debe tener cuidado con actividades como la conducción, especialmente de noche. Hacer efectivo el cambio de la corrección óptica en caso de usar anteojos, si es necesario, además de considerar el uso de lentes de alta calidad, los cuales permiten el paso natural de la luz. Y por sobre todo visitar periódicamente al especialista correspondiente para evitar alteraciones visuales más graves.

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