El equipo de trabajo del doctor Adrían Beltrán, del Instituto Mexicano de Seguro Social, determinó que los menores de ocho años tiene más posibilidades de sufrir de hipermetropía ¿Tienes algún problema de refracción? Solicita tu prechequeo gratuito para cirugía Lasik en bit.ly/19kf6EL
Los niños que sufren de dolor de ojos y cabeza, pueden padecer hipermetropía. Esta enfermedad visual se caracteriza por la dificultad de enfoque en objetos cercanos, la que tiene mayor propensión en menores. Así lo aseguró el especialista Beltrán.
El oftalmólogo agregó que esta patología es hederitaria, por lo que es complejo hablar de prevención. No obstante, un diagnóstico temprano puede significar diferencias significativas, en relación a un mejor pronóstico del paciente y evitar complicaciones mayores en el futuro.
Al comenzar a asistir al colegio, es donde se hace evidente la hipermetropía. Por este motivo, los profesores son los primeros que notan y notifican a los padres y familias sobre el potencial problema visual. De esta manera, se puede llevar al niño a un experto para que se aplique el tratamiento adecuado.
El uso de anteojos es bastante útil, para que el paciente no realice un sobre esfuerzo ocular. Sin embargo, existen casos más severos, donde la cirugía se hace necesaria. Para resultados óptimos, estos procedimientos deben llevarse a cabo entre los 18 y 21 años, cuando el desarrollo de las funciones visuales se haya completado.
Los pacientes con hipermetropía cuentan con una correcta visión a distancia, aunque pueden desarrollar estrabismo. Este trastorno consiste en la desviación del globo ocular cuando, al momento de intentar enfocar elementos cercanos, se lleva a cabo un esfuerzo de acomodación del ojo para observar con más nitidez, sobre todo las letras.
Diagnóstico y tratamiento oportuno
La hipermetropía infantil muestra una tendencia a revertirse de forma espontánea entre los 8 y 10 años de edad. Sin embargo, si no se trata a tiempo el problema del enfoque a los objetos cercanos – lo que significa dolor visual y cefalea – puede significar como secuela una visión deficiente por el resto de la vida.
En consecuencia, estos pacientes tienen un mayor riesgo a sufrir de presbicia (vista cansada) de forma prematura (antes de los 40 años de edad).