Los chequeos oftalmológicos deben hacerse con periodicidad para evitar enfermedades o anomalías visuales. La edad determina, en parte, la frecuencia de las consultas. También se debe recordar que, ante cada molestia o dudas, se debe asistir a la brevedad donde un especialista.
Aunque no se padezca ninguna enfermedad visual, es aconsejable someterse a revisiones periódicas de la visión regularmente. Los expertos de la Clínica Baviera, en España, señalan que la periodicidad de estos chequeos va a depender de la edad del paciente. Sin embargo, ante cualquier manifestación anómala, se debe asistir inmediatamente donde el oftalmólogo.
Durante los primeros días o semanas después del nacimiento, el oftalmólogo debe realizar el primer control visual, con el objetivo de descartar problemas o enfermedades congénitas de la visión.
Posteriormente, hasta los 4 años de edad, los chequeos de rutina serán llevados a cabo por el pediatra. Sin embargo, cuando existen antecedentes familiares de patologías oculares o si al menor se le diagnostica alguna afección- como el ojo vago, estrabismo u otra enfermedad- es aconsejable que la visita al oftalmólogo se realice a la brevedad.
Luego, a los 4 años se debe hacer la primera revisión visual completa por el experto. Desde esta edad hasta los 18 años, la regularidad será bianual. Solamente en los casos en que deban chequearse anomalías visuales, estos controles van a ser una vez al año.
Revisiones visuales en la adultez
Entre los 18 y 40 años de edad, los especialistas recomiendan asustur al oftalmólogo una vez cada cinco años. No obstante, si se sufre algún inconveniente como cambios en la vista, dolor, manchas, destellos, ojos que lagrimean o cualquier síntoma fuera de lo común, se debe acudir donde el experto de manera inmediata.
Ya en una edad más adulta, entre los 41 y 65 años, empieza a desarrollarse la presbicia o vista cansada. Asimismo, hay mayores probabilidades de sufrir hipertensión ocular, así como otras patologías que afectan a este sistema. Por este motivo, muchos pacientes comienzan a utilizar anteojos. En esta etapa, los especialistas sugieren ir al médico con la frecuencia de 2 a 4 años.
Por último, las personas mayores de 65 años pueden padecer enfermedades que necesitan una revisión y monitoreo más rigurosos. Entre estas patologías, tenemos el glaucoma, problemas de retina y cataratas, entre varios. Entonces, se aconseja asistir al oftalmólogo cada 1 ó 2 años.