El placer que la comida produce en el cerebro se puede medir mediante los ojos utilizando una herramienta común de la oftalmología y que tiene un bajo costo, según una investigación publicada en la revista “Obesity”. De ser aprobada, esta técnica podría usarse para la aplicación médica en contra de la obesidad.
Jennifer Nasser, profesora asociada en el departamento de Ciencias de la Nutrición en la Escuela de Enfermería y Profesionales de la Salud de la Universidad de Drexel, en Estados Unidos, lideró este estudio que analizó el uso del electrorretinograma para señalar incrementos del neurotransmisor dopamina en la retina.
La dopamina se vincula con una serie de efectos asociados con el placer en el cerebro, incorporando la expectativa de recompensa. En la retina- capa de tejido sensible a la luz que se ubica en la zona posterior del ojo– xa0la dopamina se libera al activarse el nervio óptico en respuesta a la presencia de luz.
Método de la investigación
La experta y su equipo de investigación determinaron que las señales eléctricas de la retina se activaban en respuesta a un destello lumínico cuando un estímulo en comida- que en este caso fue una porción de brownie de chocolate– se ponía en la boca de los voluntarios.
El incremento era tan notorio como el que se presentaba cuando las personas recibían el medicamento estimulante metilfenidato para crear una gran respuesta de dopamina. Ambos tipos de respuestas, tanto la del medicamento como la de la comida, eran mucho más grandes que la que produce la luz cuando los participantes consumían una sustancia de control: el agua.
La investigación consistió en una demostración a pequeña escala de este experimento, contando con solo 9 participantes. La mayor parte de estas personas tenía sobrepeso, pero ninguno sufría algún trastorno alimentario. Antes del test de estimulación con comida, todos hicieron un ayuno de cuatro horas.
De ser validada con otros estudios, Nasser asegura que esta técnica podría ser usada para otros análisis de adicción a la comida y la ciencia de los alimentos. De esta forma, la especialista se plantea como objetivo maximizar el placer y el valor nutricional de los alimentos, pero disminuyendo lo más posible las calorías que entrega.