La miopía es el defecto de la visión causado por la incapacidad de las lentes del ojo, la córnea y el cristalino, para enfocar correctamente los objetos lejanos. La miopía nocturna se produce cuando hay poca luz y afecta por igual a miopes y no miopes.

La miopía nocturna fue bautizada así y descrita por primera vez en 1942 por dos españoles, los especialistas en óptica, José Mª Otero y Armando Durán, aunque mucho antes ya era objeto de preocupación en los bandos combatientes de la II Guerra Mundial.

Las causas de este fenómeno eran un misterio que intrigaba a diversos científicos desde el siglo XVIII. Ahora gracias la investigación de Pablo Artal y su equipo del Laboratorio de Óptica, se han logrado resultados reveladores, publicados en la revista científica PLoS ONE (LOUM).

Utilizando tecnologías ópticas avanzadas, basadas en la óptica de los telescopios, se logró revelar que el impacto la miopía nocturna en la visión es menor de lo que se creía y que no es necesario usar gafas o lentillas especiales para corregirla, dado que el cambio miópico que experimenta el ojo al anochecer es mínimo y solo tiene importancia en condiciones de muy baja iluminación.

Este grupo de expertos del LOUM defienden que la contaminación lumínica actual impide niveles extremos de oscuridad que supongan un riesgo a la hora de conducir o realizar actividades profesionales, por lo que, si una persona sufre una pérdida de visión notable durante la noche, obedecerá a patologías ajenas a este fenómeno.

Previo a los resultados de este estudio se creía que el fenómeno de la miopía nocturna mermaba la agudeza visual en un 15%, que se producía una miopía de 1,5 dioptrías, una cifra muy significativa y que era el posible detonante de muchos accidentes de tráfico. En los años 80 se popularizó el uso de gafas especiales durante la conducción nocturna para corregir la pérdida de agudeza visual.

El equipo de Artal ha probado que estos valores no corresponden con la realidad. Clínicamente, se pueden producir síntomas visuales por desenfoques tan pequeños como 0,5 dioptrías, pero estos solo se superan en la miopía nocturna en condiciones inusualmente bajas de luminosidad, afirman.

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