La miopía es la alteración más común de la vista y sus causas se desconocen. Se calcula que en torno al 30% de la población occidental sufre este problema y más del 80% en algunas zonas de Asia.
El ojo puede sufrir otro tipo de imperfecciones ópticas (llamadas aberraciones de alto orden), que pueden ser causadas por irregularidades en la córnea, o desalineamiento en los componentes oculares. En estos casos, incluso con la mejor corrección en anteojos o lentes de contacto, la luz que penetra en el ojo a través de diferentes puntos se desvía de su trayectoria ideal, emborronando las imágenes que se forman en la retina.
En los últimos años la cirugía refractiva, que pretende corregir la miopía, el astismatismo y la hipermetropía (procesos que obligan a usar gafas o lentes de contacto), se ha popularizado en todos los países desarrollados y va en aumento la demanda de este tipo de intervención, principalmente para corregir la miopía. Casi la totalidad de estas operaciones se realizan en los servicios de salud privada.
La técnica quirúrgica refractiva más extendida es la conocida como Lasik, que emplea un láser para tallar la córnea y, así, modificar la curvatura de su parte central y corregir los defectos de desenfoque de la imagen que se proyecta sobre el fondo de ojo.
Estudios del Instituto de Óptica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), dan cuenta de que el Lasik corrige, generalmente con éxito, los errores refractivos convencionales y subsana parte de las deficiencias de las anteriores técnicas quirúrgicas.
Sin embargo, la técnica Lasik estándar para eliminar la miopía induce a un aumento de la aberración esférica, que puede derivar en dificultades de visión en situaciones de bajo contraste, presencia de aureolas en torno a puntos luminosos y dobles imágenes, especialmente durante la noche y en las situaciones en que está más dilatada la pupila.
Las buenas noticias son que la última generación de equipos de cirugía Lasik, comienza a tener en cuenta las aberraciones oculares de alto orden e intenta controlarlas, con nuevas tecnologías.
Fuente: El país