Quizás te lloran los ojos frecuentemente sin razón aparente, impidiéndote hacer diversas actividades diarias. Las causas de este lagrimeo constante pueden ser varias, por lo que es recomendable asistir a una consulta oftalmológica. Estos son los motivos más habituales:
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La conjuntivitis, que consiste en una infección bacteriana donde uno de sus síntomas es el lagrimeo continuo. Todos pueden sufrir de esta patología y es bastante contagiosa. También es posible que la conjuntivitis sea del tipo alérgica, provocando las mismas manifestaciones.
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El problema también puede deberse a un inconveniente de visión que haga forzar la vista más de lo requerido.
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Si bien puede parecer paradójico, los ojos secos por un tiempo prolongado también pueden derivar en un posterior lagrimeo.
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Una obstrucción del conducto lacrimógeno por acumulación de salas de la lágrima, las que impiden que estas lleguen desde el ojo hasta la fosa nasal.
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Golpes, rasguños o arenilla dentro del ojo. En ciertos casos, existen lesiones que no son visibles y hacen que el ojo lagrimee en demasía.
Estas son solo las causas más comunes del lagrimeo excesivo y constante. Es importante volver a mencionar que, en caso de este problema, es de suma importancia visitar al oftalmólogo para realizar el control pertinente y tener un diagnóstico concreto. Solo así podrá comenzarse el tratamiento apropiado y prevenir consecuencias mayores.
Fuente: salud.uncomo.com