La obstrucción lagrimal se considera la forma más habitual de lagrimeo en los recién nacidos, afectando a alrededor del 30% de los lactantes.
Para proteger la superficie ocular, se están generando lágrimas permanentemente. Éstas son drenadas hacia un conducto lagrimal mediante una abertura bastante pequeña en un rincón del ojo, cercana a la nariz. Este orificio se denomina nasolagrimal. Si esta vía es bloqueada, se producirá una acumulación de lágrimas que fluirán por las mejillas, incluso sin la necesidad de estar llorando.
En los menores, posiblemente este conducto no esté totalmente formado al nacer. Podría estar cubierto por una delgada película o cerrado, lo que produce un bloqueo parcial. En el caso de los adultos, la vía podría dañarse por una lesión, infección o tumor.
Síntomas de la obstrucción de la vía lagrimal
El síntoma fundamental de esta patología es el rebosamiento de las lágrimas. La aparición de otras manifestaciones dependerá si esta obstrucción es total o parcial. Entre éstas, tenemos:
- Dacriocistisis.
- Epifora.
- Reflujo mucopurulento en el punto lagrimal.
- Dermatitis en la zona interna o externa.
- Conjuntivitis de repetición.
- Formación de costras, debido a la presencia de lágrimas demasiado espesas.
¿Cómo se diagnostica?
A través de un diagnóstico clínico. Se puede llevar a cabo una prueba simple y no invasiva, que consta de unos pocos minutos. Es fundamental realizar un control a tiempo para tratar los síntomas y prevenir un posterior tratamiento quirúrgico.
Tratamiento de obstrucción del conducto lagrimal
La mayor parte de las obstrucciones de esta vía se solucionan de forma espontánea durante los primeros meses de vida. No obstante, un 98% de estas situaciones se resuelven hasta cumplir el año de vida.
El tratamiento solo se comienza a aplicar luego del año de edad. Una opción que llevan a cabo los especialistas es el sondeo del conducto lagrimal, y el tratamiento quirúrgico es la dacriointubación cerrada. Este procedimiento consiste en la ubicación de una sonda en la vía lagrimal, que será retirada del paciente luego de 6 meses.
Por los motivos mencionados, si los niños presentan este lagrimeo excesivo, es fundamental que sean llevados por sus padres a una consulta oftalmológica a la brevedad y prevenir consecuencias severas.