Si bien la artritis es fundamentalmente reconocida por ser una patología de los huesos y articulaciones, también es habitual que influya en otras zonas del organismo, sobre todo la artritis reumatoidea. De esta manera, una parte del cuerpo que puede ser afectada son los ojos.
En primer lugar, tenemos el Síndrome de Sjogren. Esta enfermedad es una patología autoinmune que genera un exceso de creación de anticuerpos en la sangre. Esto puede derivar en afecciones del tejido conectivo, como la artritis reumatoidea. Una de las zonas primordiales donde puede incidir son los ojos, produciendo que comiencen a secarse y su posterior inflamación. Si bien el tratamiento para este trastorno puede variar, habitualmente se utilizan corticosteroides.
Por su parte, la uveitis es otro inconveniente del ojo que puede suceder debido a la artritis, sobre todo en la artritis reumatoidera juvenil. Esta enfermedad consiste en la inflamación del segmento interior del ojo, incluyendo el iris, el cuerpo ciliar y el coroide del ojo.
La uveitis puede producir enrojecimiento del ojo, dolor ocular, sensibilidad a la luz y visión borrosa. Las gotas oculares son el tratamiento más común para la variante leve de la enfermedad. No obstante, en casos graves, se podría requerir una cirugía láser.
La escleritis es otra enfermedad que influye en los ojos, derivada de la artritis. Esta anomalía inflamatoria ataca la cobertura blanca del globo ocular, denominada esclerótica. La inflamación que produce la escleritis puede producir mucho dolor y, generalmente, se utilizan gotas oculares antiinflamatorias para atenuar estas manifestaciones. Por último, tenemos al glaucoma. Frecuentemente, la artritis puede causar inflamación que interfiere en el proceso de drenaje del ojo. Esto puede desencadenar la enfermedad visual, la que produce dolor, vista borrosa y una pérdida total de la visión si no es tratada a tiempo. El glaucoma puede evitarse mejorando la inflamación de los alrededores del sistema de drenaje a través de gotas oculares con corticosteroides. Sin embargo, se debe recordar que todo medicamento será recetado por un oftalmólogo.