La automedicación nunca es recomendable. Cada uno de nosotros es tan único que necesitamos que un especialista nos indique los medicamentos que efectivamente nos ayudarán una dolencia y no nos causarán un problema mayor.
En los diabéticos, automedicarse para combatir algún malestar en los ojos representa aún mayor riesgo. Los medicamentos para la higiene ocular no son los únicos que pueden desarrollar trastornos en los ojos, ya que se ha demostrado que antihistamínicos, antidepresivos, antihipertensivos, anticancerígenos, diuréticos, corticosteroides y anticonvulsionantes pueden provocar visión borrosa, alteraciones en el estado de refracciones, acomodamiento del cristalino o disfunción del mismo.
Algunos de los fármacos que deben administrarse bajo el régimen de un experto son las gotas para la antiglaucomatosis, reguladores de la respuesta inmunológica, antiinflamatorios, lubricantes y vasoconstrictores. Estos últimos pueden crear alteraciones sistémicas, ya que el ojo está interconectado con otros órganos (nariz, oídos, garganta) por lo que el proceso puede afectar en otros niveles.
Otro de los fármacos en la mira por causar problemas serios son los esteroides, ya que su uso inadecuado ocasiona queratitis herpética, que se define como un herpes en los párpados que deriva en una úlcera corneal.
Fuente: Informador