Se puede diagnosticar un estrabismo valorando donde se proyectan los reflejos cornéales en los dos ojos, y si en un ojo el reflejo está centrado o desviado respecto del otro. El oftalmólogo valorara el ángulo de estrabismo con la utilización del denominado test de la oclusión o cover-test y de la ayuda de prismas.
En todo estrabismo existe un riesgo de desarrollar un ojo ambliope (“ojo vago”, “ojo desviado”), este se produce si existe un ojo dominante, cuanto mayor sea la alternancia en la visión con uno y otro ojo menores son las posibilidades de hacer un ojo ambliope.
El grado de ambliopía, no depende del ángulo de estrabismo sino del grado de dominancia de un ojo respecto del otro. Se deberá poner especial cuidado en descartar una ambliopía, ya que es fundamental comenzar su recuperación lo antes posible y mantenerla durante todo el periodo de desarrollo visual. Es fundamental para el tratamiento de la ambliopía una buena refracción y corrección con gafas de todo el defecto refractivo existente.
Una persona adulta, con un desarrollo completo de la visión, que presenta un estrabismo de causa paralítica o mecánica, verá el mismo objeto en dos posiciones distintas, a esto se denomina visión doble o diplopía.
Los niños en periodo de desarrollo visual, ante la visión de un objeto en dos posiciones distintas van a responder con la supresión de la visión de uno de los dos ojos, de esta manera no van a ver doble, y si pueden desarrollar un ojo vago.
Si además existe un defecto refractivo, miopía o hipermetropía, que puede hacer variar el ángulo de estrabismo, es necesario corregir este con anteojos o lentes de contacto.
Los estrabismos verticales, pueden ser causa de tortícolis, posiciones anómalas de la cabeza, que se intentarán corregir cuando se trate de forma quirúrgica el estrabismo. No es útil el forzar el niño a poner derecha la cabeza, ya que él utiliza esta posición para ver mejor.
Fuente: ABC