Si usas lentes de contacto, esta información te podría ser de ayuda. Si bien los lentes de contacto son muy útiles, al mismo tiempo requieren un cuidado que no todos están dispuestos a tener.
Este objeto está pegado a tu ojo, una de las zonas más sensibles y vulnerables del cuerpo. Es obvio que cualquier descuido puede dañarlo, pero no limpiar los lentes es simplemente muy peligroso. ¿La razón? Unas amebas que parasitan tus ojos.
La Acanthamoeba es un parásito que vive en el agua que sale de la llave, los ríos, arroyos, piscinas y duchas. Esta prácticamente en todos lados. Esta ameba se alimenta de las bacterias en la córnea, y los más expuestos a ellas quienes usan lentes de contacto.
Al comienzo causan dolor, y aunque los casos de infección no son tantos, la cura es dolorosa. Consiste en un lavado de ojo realizado por un oftalmólogo, a veces es necesario realizar un trasplante de córnea. En el peor de los casos, si el parásito está muy adentro del ojo, el paciente perderá la vista.
Para reconocer este parásito debemos tener en cuenta que causa dolor, picazón, visión borrosa y sensibilidad a la luz. Claro que para confirmar si realmente se está infectado hay que consultar con un médico.
A veces ocurre porque se lava el estuche con agua del grifo o bien al ducharse. Hay que tener en cuenta que el espacio entre el ojo y el lente es donde vive la ameba, y si tienes los lentes de contacto puestos por demasiado tiempo existe la posibilidad de que se llene de habitantes indeseados.
Un caso que salió a la luz es el de una chica taiwanesa que no se quitó los lentes por 6 meses, y las amebas se comieron sus ojos. En este período el oxígeno faltó en este espacio, lastimando el tejido epitelial y creando heridas donde surgieron bacterias, alimento ideal para la ameba.
Este es un caso extremo, pero realmente es posible que un parásito se instale en tu ojo si no lavas bien el estuche y los lentes, y además los usas por algún tiempo sin quitarlos.