La detección temprana podría evitar el 90% de los casos de ceguera generados por el glaucoma, según información entregada por la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares (AGAF) de España. La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que esta condición afecta a más de 60 millones de personas en todo el planeta, siendo una de las principales causas de ceguera.
Al ser una afección asintomática, hace que más de la mitad de quienes la sufren no esté conscientes de la situación.
La mayor incidencia del glaucoma surge desde los 40 años de edad, incidiendo a un 2,1 de personas entre los 50 y 59 años; a un 2,3% entre 60 y 69; y a un 3,5% en los mayores de 70.
El glaucoma es una enfermedad neurodegenerativa, que se caracteriza por el daño en el nervio óptico debido a una intolerancia a la presión intraocular, la que puede estar incrementada o, inclusive, estar en niveles normales.
El desgaste progresivo de las fibras del nervio óptico deriva en la pérdida del campo visual y, en los diagnósticos más severos, a la ceguera. No se puede prevenir el surgimiento del glaucoma y, ya que los síntomas aparecen en fases avanzadas, la detección suele ser tarde.
No obstante, hay un tratamiento para frenar su avance y reducir la pérdida de la vista. Por este motivo, se requiere asistir a revisiones oftalmológicas de forma frecuenta, sobre todo quienes son proclives a padecer glaucoma: pacientes con antecedentes familiares, diabéticos, personas con miopía alta y todos los individuos mayores de 50 años de edad.
Considerando que el año generado por el glaucoma no puede revertirse, mientras antes se aplique un tratamiento oportuno, habrán mejores resultados. Si bien no existe una cura, sí puede frenarse su avance a través de la disminución y control de la presión intraocular.
En el siguiente video puedes apreciar cómo el glaucoma va progresando y afectando el campo visual.