Se acerca el invierno y durante esta época estamos expuestos a las bajas temperaturas y al fuerte viento. Estas condiciones, sumadas a la calefacción y aires acondicionados del interior, pueden contribuir al desarrollo del síndrome del ojo seco.
El ojo seco afecta hasta un 20% de la población. No obstante, su aparición se incrementa notoriamente en la tercera edad, estando presente en un 75% de los mayores de 65 años. Es una afección más habitual en mujeres, surgiendo en la mayoría de los casos al momento de la reducción de estrógenos (climaterio).
Las elevadas temperaturas interiores gracias a los sistemas de calefacción propician ambientes de sequedad ambiental tremendamente alta. Las estufas eléctricas o de gas, en conjunto con los sistemas de calefacción, reducen la humedad del aire, lo que deriva en el incremento de la evaporación de la película lagrimal del ojo.
Estos factores inciden en la aparición del síndrome del ojo seco. Sus síntomas incluyen irritación ocular, ardor en los ojos, fotofobia y sensación de pesadez en los párpados, entre otros.
Recomendaciones para evitar el síndrome del ojo seco
Para evitar el síndrome del ojo seco, especialmente cuando hay bajas temperaturas, es aconsejable seguir las siguientes recomendaciones:
-Pestañear frecuentemente, sobre todo al ver televisión o utilizar el computador.
-Usar anteojos de sol, incluso en invierno. Éstos contribuyen a cuidar los ojos del viento y del contacto con el aire frío.
-Para quienes asisten a centros de recreación invernales, es fundamental la aplicación de protector solar en la zona de los párpados, así como el uso de anteojos protectores. Las condiciones climáticas y el sol en la altura pueden generar cuadros severos de queratitis, que consiste en una lesión en la córnea por una alteración de la superficie ocular relacionada al ojo seco.
-Los fármacos aplicados deben ser recetados exclusivamente por un oftalmólogo.
-Consumir alimentos ricos en Omega-3 como vegetales verdes, semillas y pescados. Estos ayudan a cambiar la secreción de grasa del cuerpo, como por ejemplo las lágrimas. De esta forma, le entregan una composición más saludable.
-Reducir la ingesta de productos que contienen Omega-6 como las margarinas, huevos, carnes y aceites vegetales.
-Evitar ambientes con demasiada contaminación o humo de tabaco.
-Evitar zonas con aire acondicionado o demasiada calefacción.