Desde una perspectiva física, la relevancia de las lágrimas es evidente. Si no existiera la capacidad de llorar, tendríamos una serie de problemas visuales, incluso para poder ver correctamente.
Los componentes de las lágrimas– como por ejemplo su salinidad – genera que el ojo esté húmedo e hidratado de manera permanente, debido al parpadeo. Este proceso evita que la sequedad incida directamente en los globos oculares.
Elemento emocional
No obstante, las lágrimas también son un elemento emocional, ya que representan el comportamiento humano menos racional y más visceral. Al llorar, se emiten varias emociones, como alegría, tristeza, rabia, dolor, entre varias.
Entonces, las lágrimas brindan información importante sobre la persona. En algunos casos, sin palabras se puede comprender y conocer a los demás, entregando las directrices de cómo se entienden el mundo. Cada individuo se expresa de distintas formas.
La función orgánica de las lágrimas es incomprensible como un colirio natural para los ojos, sin considerar este otro aspecto de las mismas. Llorar, sea cual sea la motivación, incorpora una liberación de emociones y sentimientos, constituyendo una expresión propia del ser humano.
Los expertos indican que, ante una sociedad que cada vez limita más en los aspectos emocionales, las lágrimas pueden actuar como un medio de escape en diversos momentos donde los individuos requieren desahogarse, ya sea por sentimientos negativos o positivos.