Este silencioso problema ocular contribuye al desarrollo del glaucoma, una de las principales causas de ceguera. Por esto, se recomiendan revisiones oftalmológicas periódicas.
La hipertensión ocular consiste en que la presión intraocular (dentro del ojo) tiene un nivel más alto que el habitual. Con esta anomalía, la presión del ojo es de más 21 mm Hg (milímetros de mercurio), mientras que el rango normal va desde 10 hasta 21 mm Hg.
Esta alta presión no se considera una afección por sí misma, sino que es un concepto usado para catalogar a los pacientes que deberían someterse a revisiones oftalmológicas de manera más frecuente que el resto de las personas, ya que poseen una mayor propensión a desarrollar glaucoma, una de las principales causas de ceguera irreversible a nivel mundial.
Causas de la hipertensión ocular
Este problema se origina por un desequilibrio entre la generación y el drenaje delxa0 humor acuoso, que corresponde al líquido del ojo. Mientras la producción de fluido no se contiene, éste no puede drenarse porque los canales encargados de esta labor tienen un funcionamiento incorrecto. El exceso de líquido dentro del ojo deriva en un incremento de la presión.
Un ejemplo gráfico de esta situación es inflar un globo con agua. Mientras más agua contenga el interior del globo, mayor es la presión. Así como el globo se reventaría conteniendo el exceso del agua, el nervio óptico del globo ocular podría dañarse debido a esta presión.
¿Quiénes tienen riesgo de padecer hipertensión ocular?
Ciertos estudios indican que las mujeres podrían tener mayores probabilidades de padecer hipertensión ocular, sobre todo después de la menopausia. No obstante, las investigaciones en la materia también detectaron que los hombres que sufren esta descompensación tienen más riesgo de llegar a desarrollar glaucoma.
Por otra parte, la presión intraocular se incrementa gradualmente con el avance de la edad, así como la propensión al glaucoma. Superar los 40 años ya se supone un riesgo para la aparición de estos dos problemas visuales.
Síntomas de la hipertensión ocular
En la mayoría de los casos, los pacientes que padecen hipertensión ocular no presentan ningún síntoma. Por este motivo, y especialmente sobre los 40 años, es de suma importancia asistir a chequeos periódicos con un oftalmólogo, para detectar a tiempo alguna irregularidad.
Tratamiento para la hipertensión ocular
Ante esta complicación, el especialista podría recetarle fármacos para disminuir la presión intraocular. Es relevante seguir las instrucciones del oftalmólogo en cuanto a la dosis pertinente y la frecuencia de consumo. De administrar los medicamentos de manera inadecuada, el problema podría avanzar y favorecer el desarrollo del glaucoma.