De manera inesperada, en algunas ocasiones nuestros párpados empiezan a latir sin control por unos segundos. El nombre técnico de este fenómeno es “fasciculaciones del párpado”, y consiste en contracciones involuntarias de unas pocas fibras del músculo de esta zona.
Estas fasciculaciones generan pequeñas contracciones involuntarias en las fibras del músculo orbicular del ojo, que es el responsable del parpadeo y de cerrar el globo ocular. Esto puede suceder también en otras zonas del cuerpo.
Esta palpitación del párpado puede ocurrir por cansancio visual, surgido por inconvenientes refractivos leves como el astigmatismo o presbicia incipiente. No obstante, esta no es la principal causa, generalmente.
El factor predominante de las fasciculaciones del párpado son el estrés, nerviosismo y fatiga. Incluso se registran casos por un gran consumo de cafeína y de sustancias excitantes del sistema nervioso.
Hay una serie de medidas que pueden adoptarse para evitar los latidos en los párpados. Entre estas, se destacan las siguientes:
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Descansar más, si se duermen pocas horas. Lo idóneo es dormir las 8 horas diarias sugeridas.
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Asimismo, se debe evitar la cafeína o reducir su consumo. Es decir, hay que prescindir de beber muchas tazas de café u otras bebidas que la contengan.
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Lubricar los ojos con gotas especiales para este fin.
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Existen aspectos asociados a los espasmos del párpado que deben tener mayor consideración. Por ende, si estos duran más de una semana, el párpado queda completamente cerrado sin poder abrirse, o las molestias y temblores se acompañan de inflamación, secreción y enrojecimiento, hay que consultar a un oftalmólogo para obtener un diagnóstico certero.