Los cambios en la visión pueden deberse a inconvenientes asociados a la edad o a la utilización excesiva de pantallas. Incluso, la mayor parte de las personas empieza a tener dificultades oculares desde los 40 años, según la Asociación Americana de Optometría.
No obstante, si se trata de una pérdida de visión periférica de manera repentina e indolora, puede ser señal de un derrame cerebral. Así lo asegura Emily Graubart, profesor asistente de oftalmología en el Centro Oftalmológico de Emory. Asimismo, agrega que las mujeres son más propensas a sufrir un derrame cerebral en comparación a los hombres.
En tanto, si percibes miodesopsias -pelusas flotantes- a veces no es una situación extraña. Pero, si se hacen frecuentes y grandes, podría significar que eres propenso a padecer un desprendimiento de retina.
Síntomas oculares de un aneurisma cerebral
Un aneurisma cerebral puede comenzar a dejar escapar una pequeña cantidad de sangre, lo que puede generar un intenso dolor de cabeza. Esta puede denominarse “cefalea en trueno” o “centinela”. Esto quiere decir que el dolor de cabeza podría ser una señal de advertencia por una ruptura que podría desencadenarse días o semanas después.
Las manifestaciones también pueden surgir si el aneurisma ejerce presión sobre estructuras cercanas en el cerebro o se rompe y produce sangrado intracerebral.
Los síntomas dependen de la ubicación del aneurisma, si se rompe o no y sobre qué zona del cerebro ejerce la presión. Entre los síntomas visuales que pueden experimentarse por esta afección, tenemos:
- Visión doble
- Pérdida de la visión
- Dolor en el ojo
Por estos motivos, es importante estar atento a cambios repentinos en la vista. Estos podrían significar el comienzo de otros problemas significativos de salud que pueden ser vitales.