Las cejas, que se sitúan a unos dos centímetros por sobre la zona de los ojos, contribuyen a cuidar nuestros órganos visuales del sudor que cae de la frente. Asimismo, y dentro de lo posible, previenen el ingreso de polvo y otros agentes externos a los globos oculares, así como disminuyen la intensidad de la radiación solar.
De hecho, algunos jugadores de fútbol americano utilizan una ceja artificial elaborada con pintura grasosa o cintas adhesivas encima de cada pómulo. De esta manera, mejoran su vista durante los partidos, disminuyendo los reflejos de luz del sol o de las luces artificiales del recinto.
Las cejas y las pestañas cuentan con una estructura bastante similar a la del cabello. Estas comienzan de los folículos y se forman de escamas de queratina, una sustancia que les proporciona flexibilidad y fortaleza. Los folículos crecen de manera lenta, pasan por una fase de maduración y caen, igual que el pelo.
No obstante, la etapa de crecimiento de las cejas y pestañas no se prolonga en el tiempo de la misma forma que el cabello. Por esto no adquiere la misma longitud que el pelo de la cabeza. En el caso de las cejas, este periodo dura alrededor de un mes y su largo no supera los dos centímetros.
Por su parte, las pestañas tardan unas 10 semanas en salir y desarrollarse nuevamente. Asimismo, tienen una vida de unos cinco meses. En el párpado superior, pueden encontrarse cerca de 200 pestañas y, en el inferior, unas 80.
Las cejas bien cuidadas y arqueadas ligeramente le otorgan un aspecto más joven al rostro. Sin embargo, algunos profesionales recomiendan mantener su forma original, ya que es lo más adecuado para cuidar nuestros ojos de los agentes externos ya mencionados.
Para proteger las cejas, pueden cepillarse hacia afuera y hacia arriba, empezando desde el extremo interior cercano a la nariz. Si se desea un mejor resultado, aplicar una pequeña cantidad de vaselina ayudará a mantenerlas y prevenir descamaciones.