Todo parece indicar que la relación entre los ojos y la piel es realmente estrecha. Hace algunos años, la revista “Nature Genetics” publicó un estudio que exhibía el vínculo entre los ojos marrones y un menor riesgo a sufrir melanoma, la forma de tumor a la piel más agresiva. Recientemente, se han realizado nuevos descubrimientos.
Además de este estrecho lazo, de forma reciente la Universidad de Colorado, en Estados Unidos, demostró a través de una investigación que las personas con el iris azul o gris sufrirían en menor medida una enfermedad denominada vitiligo, una patología autoinmune caracterizada porque la piel empieza a perder su pigmentación. Así, comienza a tornarse blanca.
Patologías del ojo-piel
Las asociaciones entre las enfermedades del ojo y su revestimiento cutáneo también son abundantes. Debido a ciertos factores, las principales consecuencias oftalmológicas de algunas afecciones inciden en la superficie ocular más extenso: párpados, conjuntivas y córnea.
El ojo y la piel se relacionan en diversas enfermedades generales, hereditarias, congénitas o adquiridas, donde sus síntomas específicos se asocian a ambas especialidades.
Las alteraciones sobre la vista de algunas de estas enfermedades pueden ser severas. Por ejemplo, la epidermólisis tóxica de Lyell consiste en el caso extremo, ya que es capaz de generar una ceguera corneal bilateral de tratamiento bastante complejo.
Por su parte, la dermatitis atópica es otro ejemplo de patología, siendo una de las más frecuentes. No obstantes, si no se recibe el tratamiento apropiado, puede amenazar gravemente la visión. Los casos más habituales son el lupus, enfermedad de Behçet, la sarcoidosis y las facomatosis.