Aunque la clase más habitual de gotas para los ojos son las de comercialización libre, existe una gran gama de gotas creadas para diversos fines. Las variedades sin prescripción son capaces de lubricar o suprimir el enrojecimiento, mientras que la mayor parte necesita una receta del oftalmólogo.

Entre las gotas disponibles para la salud visual, tenemos:

  • Lubricantes sin prescripción: Las gotas visuales sin receta entregan alivio temporal a la resequedad, si es que no existe una causa severa. La mayor parte de las personas tiene sus ojos secos si han observado una pantalla durante un tiempo prolongado, si están deshidratados, si han permanecido en un sitio seco por mucho tiempo y por falta de sueño. Aunque las gotas que poseen preservantes evitan que las bacterias se extiendan, bastantes son alérgicos. Por ende, las gotas que no las contienen son una mejor alternativa. La mayoría de este tipo de gotas se venden en dosis únicas, con el objetivo de prevenir el desarrollo bacterial.

  • Descongestivos sin prescripción: Los descongestivos o antienrojecimiento de venta libre son el otro tipo más común de gotas sin prescripción. El enrojecimiento podría surgir cuando el globo ocular está deshidratado o seco. Por lo general, deriva de alergias, clima seco o fatiga. Estas gotas contribuyen a “emblanquecer” el ojo, debido a la contracción de los vasos sanguíneos. No obstantes, estas solamente son eficaces en cierta medida. Mientras más se utilicen, mayor será la dosis requeridas para un buen resultado. Estas también pueden provocar la dilatación de la pupila por su abuso.

  • Gotas antialérgicas prescritas: Las alergias son el motivo posible de la sequedad visual y el enrojecimiento, en conjunto con el lagrimeo y/o picazón. Es complejo no frotarse los ojos ante estos síntomas y, al realizar esto, se libera histamina, una sustancia generada por el cuerpo para contrarrestar las alergias, pero esto solamente hará que el ojo se irrite más. Las gotas sin recetas, por lo general, se conocen como antihistamínicos, y opera disminuyendo la histamina que produce la irritación.

  • Gotas prescritas antiinflamatorias: Existen dos tipos de estas gotas: corticoesteroides (hormonas esteroideas) y no esteroides. Según los expertos, las primeras se utilizan para el tratamiento de la iritis o inflamación conjuntival o corneal. Estos productos se venden bajo receta ya que, si se utilizan mal, podría desencadenar infecciones e, incluso, cataratas.

  • Gotas antibióticas y antibacteriales bajo prescripción: La conjuntivitis viral o bacterial, también denominada como “ojo rosa”, puede ser tratada con gotas específicas. Las manifestaciones de las conjuntivitis bacterial incorporan enrojecimiento, secreción amarillenta pegajosa e inflamación. En cuanto a la viral, presenta los mismos síntomas, aunque la secreción es blanquecina. La conjuntivitis bacterial es tratada con gotas antibióticas. Se pueden tratar las variantes más leves de la conjuntivitis viral con gotas regulares, pero la botella no debe tener contacto con el ojo, o la infección podría propagarse.

Fuente: http://www.mdlatam.org/

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