La pérdida del campo visual en adultos mayores y en personas con enfermedades autoinmunes puede ser síntoma de una trombosis (coágulo de sangre en las venas) de la retina lo cual puede llevar a la ceguera, según especialistas.
La trombosis retiniana es un problema ocular que se presenta debido a la obstrucción de la vena de la retina, lo cual ocasiona múltiples sangrados e hinchazón del área central de la visión, producto de una mala circulación en la retina.
Entre las complicaciones que se pueden presentar están: el desprendimiento de retina traccional, hemorragia vítrea y un ataque agudo de glaucoma, que puede darse a meses de haberse presentado la trombosis retiniana.
Las personas con mayor riesgo de desarrollar este problema oftalmológico son: los adultos mayores, así como aquellas que tienen glaucoma, hipertensión arterial, diabetes y enfermedades autoinmunes, ya que todos estos constituyen factores de riesgo para su aparición.
Dado que la trombosis ocular puede ocasionar graves daños a la visión como ceguera total o parcial es recomendable ir al oftalmólogo cuando hay una disminución repentina de la visión y/o se tienen los factores de riesgo mencionados para prevenir o detectar tempranamente esta dolencia y evitar llegar a la ceguera permanente.
Algo grave es que los daños causados son irreversibles cuando el cuadro clínico es muy severo, pero si es detectado en etapas tempranas puede ser tratado con fármacos antiangiogenicos intravitreos y dependiendo del caso el paciente puede requerir un tratamiento complementario con láser.
Es muy importante saber que la trombosis retiniana no es curable, pero si prevenible. Por tanto, las personas con los factores de riesgo mencionados deben tener buen control de la presión arterial si tienen hipertensión, en el caso de los diabéticos se debe controlar los niveles de glicemia y hacerse un chequeo oftalmológico de forma periódica para evaluar la retina, el nervio óptico y la presión intraocular.