Estudios recientes demuestran que la ingesta de alimentos ricos en vitaminas y antioxidantes, previene y ayuda a tratar enfermedades degenerativas de tipo visual. Aquí le contamos dónde se encuentran y de paso le damos algunos consejos para hacer su dieta mucho más saludable.
El primer grupo que abordaremos son los antioxidantes, aquellas moléculas que ayudan a eliminar del organismo: radicales libres y microorganismos patógenos. Muchas frutas y vegetales como la zanahoria, la lechuga, la soja y el ajo producen este tipo de sustancias pues son ricas en vitamina C, vitamina E y en betacaroteno.
Según un estudio desarrollado por La Universidad de Salamanca, los suplementos de vitamina C que se encuentra en los cítricos como la naranja, el limón y la mandarina, pueden ayudar a detener el avance de las cataratas y a mejorar la visión en personas que padecen esta condición.
Los carotenoides son pigmentos vegetales presentes en frutas y vegetales como el mango, el melón, la calabaza, la espinaca y el brécol. Uno de estos carotenoides es la luteína que la mácula contiene en grandes cantidades y se cree que los bajos niveles de la misma contribuyen a la degeneración macular. Tan es así que se ha propuesto utilizar los pigmentos presentes en la espinaca entre los que figura prominentemente la luteina para añadírselos a las células visuales de la retina de personas ciegas para restaurarles al menos parcialmente la visión. También existe evidencia de que la luteína puede ayudar a prevenir las cataratas. La calabaza, la espinaca, el pimiento rojo, la yema de huevo, el aguacate, el apio y el perejil son ricos en luteína.
También encontramos el zinc, que es un nutriente esencial para el buen funcionamiento de la retina. Existen varios estudios científicos que señalan que las personas que ingieren suplementos de zinc tienen una incidencia menor de pérdida de la visión que quienes no ingieren estos suplementos. De esta función también se encargan las proantocianidinas y antocianidinas, que al igual que el zinc ayudan a proteger la retina, y se pueden encontrar en los extractos de semilla de uva, en el arándano y en el de la corteza del pino marítimo francés (que contiene un tipo de proantocianidina conocida como pycnogenol).