El 46% de los estadounidenses menores de 50 años sufre de hipermetropía, % de astigmatismo y 25% de miopía, según una investigación del estudio del American Journal of Ophthalmology.

En la época escolar, muchas personas comienzan a darse cuenta de estos inconvenientes visuales al no poder ver claramente la pizarra, entre otros síntomas. No obstante, incluso teniendo ojos sanos, al transcurrir el tiempo, se puede sufrir estos problemas.

Las enfermedades visuales de refracción afectan de distinta forma al ojo. Esta es la descripción de cada una:

  • Miopía: Es una afección visual que hace que los objetos cercanos se vean claramente, pero los objetos lejanos se ven menos nítidos. El coloquial término “corto de vista” hace referencia, generalmente, a una persona miope.
  • Hipermetropía: Es una enfermedad ocular que hace que los objetos lejanos se vean correctamente, pero los elementos cercanos se perciben menos nítidos. Es el efecto contrario de la miopía.
  • Astigmatismo: Este error refractivo se genera como resultado de una curvatura irregular del ojo. La condición incide en la forma en que el ojo procesa la luz, provocando que la visión sea borrosa, en distintos grados.
  • Presbicia: Es una enfermedad visual progresiva, considerada como una consecuencia completamente natural del paso de los años. Se produce por una carencia gradual de la flexibilidad del cristalino del ojo. Por ende, consiste en una reducción gradual de la capacidad de enfocar nítidamente objetos cercanos.

El uso de anteojos y lentes de contacto corrige estos errores de refracción. Sin embargo, la cirugía Lasik constituye una solución definitiva a estos problemas.

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