Dos investigaciones realizadas por el Laboratorio de Óptica de la Universidad de Murcia (LOUM), en España, confirmaron la contribución de factores genéticos y ambientales en defectos ópticos del ojo, así como la transparencia y difusión de la luz que se va generando mientras transcurre el tiempo en gemelos y mellizos.
Las conclusiones del primero de estos estudios demuestra que en los gemelos, los lentes del ojo (córnea y cristalino) cuentan con una forma muy similar, que se preserva al avanzar los años.
Pablo Artal, director del laboratorio, indicó que los ojos de estas personas “son iguales hasta en cantidades micrométricas, lo que equivale a una fracción del tamaño de un cabello. Son como dos gotas de agua, sin embargo, en los mellizos no se mantienen esos parecidos”.
La investigación, llevada a cabo en conjunto con el Servicio de Oftalmología del hospital Universitario Virgen de la Arrixaca y el Registro de Gemelos de Murcia, es el único de estas características en el país ibérico, y analizó a 58 gemelos y mellizos de una media de 50 años de edad.
Artal indica que todos tenemos ojos con características únicas, que van variando a lo largo de la vida. De esta forma, nuestra carga genética y las condiciones que le brindemos puede afectarlos.
Asimismo, el directivo agrega que lo que no se conocía es cómo los pequeños detalles de los atributos del ojo, como las formas microscópicas de las superficies o la transparencia del ojo, se ven afectadas por el entorno o la genética. Ahí radica la importancia del estudio con gemelos y mellizos, para detectar la incidencia de estos factores.
Miopía y cataratas
Hasta la actualidad, se había podido constatar la relevancia de la carga genética en los errores refractivos, como la hipermetropía o la miopía, pero no a este nivel de detalle micrométrico. En tanto, además de aclarar el componente genético, este descubrimiento entregará pautas para el desarrollo terapéutico de ciertas afecciones, como la miopía o las cataratas, según Artal.
El mismo grupo de investigadores llevó a cabo un segundo trabajo con gemelos, que analiza la carga genética y ambiental sobre cómo evoluciona la difusión de la luz en el ojo – es decir, qué tan transparente se torna con el tiempo-. Este hecho es determinante en el surgimiento de cataratas, entre otras enfermedades. En este caso, los resultados exhibieron que la carga genética tiene una preponderancia menor.