El objetivo de esta sencilla prueba, de dos minutos, es detectar defectos en la visión binocular, un problema que dificulta, e incluso puede llegar a impedir, apreciar los efectos del 3D. La campaña estará en cartelera hasta enero de 2012, llegando a más de 400.000 espectadores y con la colaboración de más de 800 ópticos optometristas y 85 pantallas 3D.
Los espectadores que no hayan superado este test podrán acudir a más de 800 ópticos optometristas que se han sumado a la campaña para que les realice un examen completo.
Según los creadores de la campaña, los mareos, dolores de cabeza o visión doble que pueden surgir al ver una película en 3D no deben atribuirse a la tecnología del sistema de visionado sino a una alteración en la visión binocular.
Con esta iniciativa pretenden curar estos problemas ópticos que, además pueden crear dificultad para calcular las distancias, déficit de comprensión lectora o bajo rendimiento escolar.