El inicio de clases puede poner en evidencia algunas señales que indican la presencia de problemas de visión en los niños, entorpeciendo en su proceso de aprendizaje. No obstante, los expertos entregan una serie de consejos para identificar estos inconvenientes y cuidar la vista de los menores.
Es de suma importancia que los profesores y padres estén atentos a ciertas manifestaciones que pueden advertir la existencia de algún problema visual de los niños, ya que al comienzo de las clases se detectan con mucha más facilidad.
Los síntomas mencionados pueden ser:
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Parpadear o frotarse los ojos excesivamente.
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Inclinarse hacia adelante al momento de fijar la visión.
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Entrecerrar los ojos para intentar enfocar.
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Mareos, náuseas y dolores de cabeza habituales.
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Acercarse demasiado al texto al leer.
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Ojos enrojecidos después de fijar la vista.
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Desviación de uno de los globos oculares.
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Desinterés o pérdida de la atención en algunas tareas.
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Movimientos extraños de los ojos.
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Desconfianza al subir o bajar de una escalera.
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Preferir ciertos tipos de actividades. Por ejemplo, los niños que sufren de miopía generalmente son más tranquilos o tímidos, prefiriendo llevar a cabo labores con objetos cercanos. Por su parte, los hipermétropes son más extrovertidos e inquietos.
Al identificar estos síntomas, se debe acudir con el menor a la brevedad donde un oftalmólogo para realizar los exámenes visuales pertinentes. De esta manera, se puede corroborar la presencia de alguna patología y empezar lo antes posible con un tratamiento adecuado. Actuar tempranamente ante estos problemas visuales incrementa las posibilidades de recuperación y contribuir a un mejor desarrollo en cuanto a aprendizaje.
Por otra parte, se les debe facilitar un espacio de estudio con la iluminación óptima. Una luz precaria contribuye a forzar la visión, generando un mayor cansancio y favoreciendo la aparición de distintas enfermedades oculares.