La blefaritis consiste en la inflamación de los párpados, en la zona donde se ubican los folículos de las pestañas. Esta enfermedad se genera fundamentalmente por el contacto de los ojos con las manos sucias, por lo que la higiene es primordial para su prevención.
Las personas que sufren de blefaritis producen demasiado aceite desde las glándulas cercanas al párpado. Si bien no se conoce el motivo exacto de este inconveniente oftalmológico, es probable que aparezca bajo las siguientes condiciones:
- Orzuelos y chalazión habituales.
- Con una enfermedad cutánea denominada dermatitis seborreica o seborrea, la cual generalmente influye en los párpados, pestañas, cuero cabelludo, los pliegues de la nariz y la zona detrás de las orejas.
- El desarrollo de la rosácea, una patología cutánea donde la piel adquiere una tonalidad roja.
- Alergias y piojos que inciden en las pestañas, aunque es una causa menos habitual.
- Aparición abundante de bacterias que generalmente habitan en la piel.
- Síndrome del ojo seco.
Hay una blefaritis que es de carácter crónica, pero que puede mantenerse bajo control con una buena higiene de manos y ojos.
Síntomas de la blefaritis
Con la blefaritis, los párpados se tornan rojos, irritados y con escamas adheridas a la base de las pestañas. Asimismo, esta área sufre de ardor y picazón.
Al parpadear, puedes experimentar una sensación arenosa o de de un cuerpo extraño dentro del globo ocular. En ciertos casos, las pestañas pueden desprenderse.
Cómo tratar la blefaritis
Limpiar diariamente y de manera cuidadosa los bordes del párpado contribuye a eliminar los aceites de la piel que genera la proliferación de bacterias. Sin embargo, un oftalmólogo será el encargado de recetar el producto para la limpieza y la manera específica de realizar el proceso.
No es recomendable la automedicación. Algunas personas tienden a utilizar remedios caseros- como por ejemplo la manzanilla- cuando aparecen esta clase de inconvenientes. No obstante, la administración de esta hierba en los ojos tiene efectos perjudiciales, ya que causa resequedad y reacciones alérgicas.
Para prevenir, es fundamental que evites frotarte los ojos o que tus manos tengan contacto con ellos, además de mantener una correcta higiene de la piel.