El cáncer ocular se presenta en varias estructuras del ojo, como el párpado, la córnea, el iris, la retina o el cuerpo ciliar, en forma de tumor o melanoma (tumor pigmentado).
Existen tres posibles causas. El principal factor de riesgo es tener un cáncer primario. Esto consiste en la presencia de tumores malignos y sólo en cerca del 10 por ciento de las personas que tienen una o más lesiones metastásicas intraoculares, son detectadas clínicamente antes de la muerte.
Otro factor es la exposición excesiva a la luz del sol sin protección contra los rayos ultra violeta.
Por último, la predisposición genética también juega un papel importante, pero no es sólo para sufrir de cáncer ocular sino cualquier otro tipo.
Los síntomas que se pueden presentar son el enrojecimiento y dolor en el ojo, defectos pequeños (o manchas) en el iris o conjuntiva, cambios en el color del iris y visión deficiente en un ojo. Pero en algunos casos, es posible que no se presente ningún síntoma.