Sin duda, la luz LED se ha vuelvo parte de nuestras vidas. Según los técnicos, esta ahorra energía y es más eficaz, estando presentes en iluminación, semáforos, dispositivos digitales y televisores. No obstante, este tipo de luz podría traer inconvenientes en la visión.
La exposición prolongada la luz LED produce daños en la retina. Una investigación española demostró que el problema de estas fuentes de luz blanca radica en su gran contenido de radiaciones de banda azul. Esta luz azul es la que genera inconvenientes en la retina.
La retina es una zona del ojo que jamás se regenera, constituyendo el tejido sensible en el gondo del globo ocular. La científica de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Celia Sánchez Ramos, explica que se nace y muere con la misma retina. La investigadora fue la encargada de dirigir el trabajo que consiguió este hallazgo.
También profesora de la Escuela Universitaria de Óptica de la UCM, Sánchez indica que la iluminación LED debe contar con una protección o filtro que suprima la parte azul. De esta forma, señala que las fuentes LED son “fantásticas”, siempre que se cumpla con estos requisitos.
La luz se compone por todas las longitudes de onda del arcoiris, pero la especialista asegura que se debe atenuar la influencia del azul en la misma. Esto considerando que el ser humano, que cada vez posee una esperanza de vida más extensa, pasa con los ojos abiertos alrededor de 6 mil horas al año, varias de estas expuesto a la luz artificial.
Uno de los consejos más simples para el cuidado de la retina es cerrar los ojos tan frecuentemente como sea posible, para amortiguar el impacto de la luz. “ Los ojos no están hechos para mirar la luz, están hechos para mirar con luz”, sentencia la profesional.
Proteger la vista con la alimentación
Para cuidar la vista, la doctora propone la utilización de filtros o lentes que impidan que la luz nociva llegue a los ojos. Asimismo, aconseja el uso de crema hidratante o solar, así como optar por una alimentación balanceada y sana, abundante en vitamina A.
Estos alimentos, como los pimientos y la espinaca, cuentan con una gran concentración de pigmentos visuales, los que absorben la parte negativa que irradia la luz, es decir, las longitudes de onda corta, como lo son el violeta y azul.
El poder de almacenamiento de los pigmentos se reduce con el avance de la edad. En este sentido, Sánchez garantiza que el problema puede agudizarse no solamente por una esperanza de vida más alta, sino porque las nuevas generaciones han reemplazado el papel por dispositivos electrónicos al momento de estudiar.