Con una supervisión adecuada de la limpieza de tus ojos, puedes prevenir diversas infecciones, heridas y molestias oculares. Conoce cuáles son las medidas a seguir.
Ciertas afecciones oftalmológicas pueden prevenirse de manera simple con los hábitos de higiene apropiados. La visión es fundamental en la vida de las personas, por lo que es de suma importancia tener en cuenta las patologías que pueden afectarla y las medidas de limpieza para evitar estas situaciones.
Las enfermedades que pueden prevenirse a través de la higiene son:
– Conjuntivitis: es una afección muy habitual, la que puede desarrollarse por una infección bacteriana o por un virus, En los dos casos, las manos sucias son la fuente fundamental en que entran al cuerpo los organismos que generan la infección.
Por este motivo, para prevenir la enfermedad hay que evitar tocarse los ojos. Asimismo, al estar en contacto con una persona que sufre de conjuntivitis, no hay que tocar ningún objeto que este haya manipulado, sobre todo toallas y pañuelos. El lavado de ojos y párpados diarios con agua también es una acción que contribuye a la prevención.
– Queratitis: esta patología oftalmológica consiste en la inflamación de la córnea. La queratitis puede aparecer por la presencia de bacterias, virus, parásitos u hongos.
En este sentido, también es relevante no llevarse las manos a los ojos, especialmente las personas que utilizan lentes de contacto (son las más propensas a desarrollar la enfermedad). Los lentes deben ser limpiados minuciosamente antes de colocarlos, al igual que es necesario un lavado de manos.
– Blefaritis: aunque no es una enfermedad tan conocida como otras, es importante conocerla para prevenir sus efectos. La blefaritis consiste en la inglamación del párpado en el área de las pestañas. En esta zona se acumula un aceite que emite la piel, fomentando la proliferación de bacterias.
Para quitar el aceite de la piel, hay que limpiar esta parte con champú para bebes con un hisopo. No obstante, esta medida debe ser recomendada por un oftalmólogo, según cada caso particular.
Además del cuidado contra las bacterias y de los demás agentes desencadenantes de infecciones mencionados, es importante alejarse del polvo y el humo.